martes, 8 de junio de 2010

Falsas acusaciones sobre alfabetización ::: INFAMIA COMPROBADA


El 8 de septiembre de 2009 se declaró a Ecuador “Patria alfabetizada”, en Manta, en el marco del evento que celebró el Día Internacional de la Alfabetización, con la presencia de las máximas autoridades educativas y de autoridades seccionales; la declaratoria se realizó sobre la base de proyecciones de la tasa de analfabetismo que señalaban que en el país este problema alcanzaba a menos del 4% de los ciudadanos mayores de 15 años (la proyección realizada por un equipo contratado por UNESCO era del 2,7%), límite técnico considerado para una declaratoria de este tipo.A principios de 2010 se conocieron los resultados de la Encuesta de Empleo y Desempleo de 2009 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), que señalan que en el país la tasa de analfabetismo se mantiene en el 7,8%, es decir, señalan que Ecuador no es una “Patria alfabetizada”.

El INEC reporta que en 2007 la tasa fue del 7,8% y en 2008 fue del 7,6%. Según el INEC, esta tasa se mantiene casi sin alteraciones a través de los años, a pesar del trabajo de los gobiernos seccionales, de las organizaciones no gubernamentales y sobre todo del Ministerio de Educación.

El ministro Raúl Vallejo fue el primero en salir a anunciar las divergencias entre ambas mediciones, en rueda de prensa del 21 de enero y a través de comunicaciones a asambleístas y a la UNESCO. En ese momento expresó que no podía seguirse hablando de “Patria alfabetizada” sino de “Patria alfabetizándose”.

Resulta llamativo que el trabajo de alfabetización no se refleje en un impacto, así sea mínimo, en la tasa de alfabetización reportada por el INEC. ¿Por qué puede producirse esto? Las hipótesis pueden ir desde fallas en el manejo de las cifras del trabajo de alfabetización hasta fallas en la metodología de la encuesta, pasando por fallas en las proyecciones y por la propia metodología del trabajo alfabetizador; o podría darse una combinación de algunas de estas hipótesis.

Preocupado por conocer la realidad, en búsqueda de transparencia y con espíritu autocrítico, una vez conocidas las cifras del INEC, el Ministerio de Educación pidió un estudio independiente que permitiera conocer la calidad del trabajo de alfabetización desarrollado, el cual todavía está en elaboración. Esto permitirá corregir el direccionamiento del trabajo en educación básica de jóvenes y adultos, que debemos continuar.

Recopilación de datos
Para una mejor comprensión de la situación, hay que tomar en cuenta por qué se realizó la declaratoria, y cómo se desarrolló el proceso de alfabetización y de recolección de datos.La declaratoria se realizó sobre la base de proyecciones de la tasa de analfabetismo, una vez depurada la base de datos de participantes en el Programa Manuela Sáenz, del Ministerio de Educación, y en los programas de gobiernos seccionales que utilizaron la metodología “Yo sí puedo”.

La depuración de la base de datos consistió en eliminar registros duplicados y la proyección consistió en determinar una línea base (número de analfabetos antes de los programas de alfabetización), a la cual se restó el número de alfabetizados. Esta tarea de depuración y proyección la realizó un equipo investigador contratado por la UNESCO. Antes de la depuración realizada por UNESCO, la base de datos del Programa Manuela Sáenz arrojaba 420.888 alfabetizados, mientras los gobiernos seccionales sumaban 121.373 alfabetizados. El trabajo realizado por otras iniciativas alfabetizadoras, como Minga por la Esperanza y el programa del Instituto Fe y Alegría, no fueron tomados en cuenta para las proyecciones.

Una vez realizada la depuración, el número de alfabetizados quedó en 492.987, entre ambas iniciativas.En su estudio, la UNESCO señala que “en caso de que se cumplan las metas de los programas en marcha, se asegure la total retención de los inscritos y la información entregada por las fuentes oficiales sea exacta, el país podría llegar a una tasa de analfabetismo, a nivel nacional, del 2,7 por ciento hasta finalizar 2009”.

Las tres condiciones estaban certificadas: cada alfabetizado debía aprobar una evaluación antes de ser promocionado para asegurar que había aprendido; las cifras proporcionadas por las direcciones provinciales correspondían a estudiantes promocionados, no solo inscritos; y al ser entregadas por autoridades provinciales competentes, las cifras se presumían confiables.

En oficio del 21 de octubre de 2009, el propio Edouard Matoko, director de la UNESCO en Quito, señaló que “esta información [la proyección relizada] puede utilizarse como referencia para una Declaratoria como la efectuada por usted en Ecuador”.La base de datos central de participantes del Programa Manuela Sáenz, sobre la cual se trabajó en el estudio de UNESCO, fue elaborada por la Dirección Nacional de Educación Popular Permanente (Dinepp) a partir de información enviada por las direcciones provinciales. Estas, a su vez, fueron alimentadas por los reportes de cada institución educativa, a través de un coordinador institucional en cada plantel.

Debe recordarse que este Programa se desarrolló principalmente con participación del alumnado: cada estudiante de segundo año de Bachillerato debe participar en la alfabetización como requisito para graduarse. Como complemento, para las zonas de difícil acceso se contrataron más de 12.000 alfabetizadores bonificados, que informaron de su trabajo directamente a las direcciones provinciales. La base de datos de los programas de alfabetización de los gobiernos locales, a través de la metodología “Yo sí puedo”, fue responsabilidad de cada uno de ellos.

Según los instructivos del Ministerio de Educación, al final del curso de alfabetización cada cursante debía realizar una prueba final para determinar si completó adecuadamente su aprendizaje. En caso de que reprobara, debía extenderse la duración del curso, hasta que la persona fuera capaz de aprobar el examen.

Hay que recalcar que no hubo engaño por parte del ministro Raúl Vallejo en la declaratoria; el engaño implica la intención de hacer creer a otro algo falso, con intención. El anuncio se hizo sobre la base de información oficial entregada por las direcciones provinciales de Educación, depurada y proyectada por UNESCO. También hay que destacar que el ministro Vallejo fue el primero en salir a aceptar el error en que se había incurrido, lo que demuestra que no hubo intención de ocultamiento. Y una acusación de peculado carece incluso de lógica, pues esa figura implica la apropiación de fondos públicos, lo que evidentemente no se ha producido.

Para ver la documentación completa que descalifica las acusaciones del MPD sobre el tema alfabetización, haga clic aquí.

_____

No hay comentarios:

Publicar un comentario